Cuatro ojos siempre ven más que dos y aún más cuando lo que se aúnan son dos visiones diferentes de asimilar el mundo que nos rodea, quizás una sea más literaria y busque conexiones poéticas entre nuestras culturas hermanas y la otra, la que estamos a punto de presentaros sea una lectura en imágenes de la naturaleza humana bajo la medida de nuestro hábitat: la ciudad.
Si bien ya publicamos esa lectura peripatética de Oporto en “El puerto de Portugal” ahora os ofrecemos este reportaje fotográfico realizado en agosto de 2016 en la misma ciudad por Celia Arcos.
Las fotos evolucionan de los tonos rojizos y grises al blanco y negro, quizás coincidente con el estado de ánimo gris que provocan las emociones que nos contagian los viandantes: la deshumanización, las vidas callejeras, el estupor de los niños al toparse con sinhogares, la anestesia de los vecinos apresurados ante el espectáculo que ofrece la ciudad (y las ciudades) y por encima de todo, el poder de la vida, la vida que fluye y sigue su curso natural, cada mañana desde el bullicio del mercado a los limpiabotas en las plazas.
@Beatriz Arcos
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@Celia Arcos
Más fotos de Celia en Flickr.